26.10.19

Noviembre, Recuerdo de todos los fieles Difuntos

..."Yo soy el camino, la verdad y la vida. Todo el que cree en Mí, no morirá para siempre..."
 
Para conmemorar el mes de todos los difuntos, las imágenes de nuestros Titulares se han vestido conforme indican nuestras Normas
Nuestro Señor de los Afligidos, al que elevaremos nuestras oraciones en sufragio por el eterno descanso de todos los difuntos
María Santísima de Las Maravillas
Santa Madre de Dios, Ruega por nosotros y por todos los que duermen en la Paz del Señor.
 
JUEVES, 7 DE NOVIEMBRE DE 2019
La Agrupación Parroquial de Las Maravillas, celebrará Santa Misa por el eterno descanso y recuerdo de todos nuestros
HERMANOS DIFUNTOS
así como por los familiares y amigos de todos nuestros hermanos.
 
Celebraremos la Eucaristía, a las 8 de la tarde, después de celebrar la Exposición, Vísperas, Santo Rosario y Reserva del Santísimo.
 
Acto de Caridad al que esperamos vuestra asistencia y compañía.
 
"Por la Misericordia Divina, sus almas y la de todos los fieles Difuntos,
descansen en Paz, por los siglos de los siglos."
Amén
 
Sevilla, Noviembre 2019
 
 

18.10.19

DOMUND 2019 MENSAJE DE S.S. FRANCISCO

La Agrupación Parroquial Sacramental de Las Maravillas, tiene entre sus Normas de Compromisos, la colaboración activa en las anuales Campañas a favor de las Misiones de la Iglesia. Este año celebraremos la Campaña del DOMUND 2019, el Sábado 19 y el Domingo 20, en unión con nuestra Parroquia Santa María de la Cabeza y entre los barrios de la Feligresía. Antes, nos hacemos eco del Mensaje del Papa Francisco sobre este Octubre Misionero Extraordinario, que a continuación extraemos de la página de Organizaciones Misioneras Pontificias.
 
¡¡ SEAMOS GENEROSOS !!

MENSAJE DEL PAPA PARA LA JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES 2019

“Bautizados y enviados: la Iglesia de Cristo en misión en el mundo”


Queridos hermanos y hermanas:
  1. He pedido a toda la Iglesia que durante el mes de octubre de 2019 se viva un tiempo misionero extraordinario, para conmemorar el centenario de la promulgación de la carta apostólica Maximum illud del papa Benedicto XV (30 de noviembre de 1919). La visión profética de su propuesta apostólica me ha confirmado que hoy sigue siendo importante renovar el compromiso misionero de la Iglesia, impulsar evangélicamente su misión de anunciar y llevar al mundo la salvación de Jesucristo, muerto y resucitado.
  2. El título del presente mensaje es igual al tema del Octubre Misionero: “Bautizados y enviados: la Iglesia de Cristo en misión en el mundo”. La celebración de este mes nos ayudará en primer lugar a volver a encontrar el sentido misionero de nuestra adhesión de fe a Jesucristo, fe que hemos recibido gratuitamente como un don en el bautismo. Nuestra pertenencia filial a Dios no es un acto individual, sino eclesial: la comunión con Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, es fuente de una vida nueva junto a tantos otros hermanos y hermanas. Y esta vida divina no es un producto para vender —nosotros no hacemos proselitismo—, sino una riqueza para dar, para comunicar, para anunciar; este es el sentido de la misión. Gratuitamente hemos recibido este don y gratuitamente lo compartimos (cf. Mt 10,8), sin excluir a nadie. Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, y a la experiencia de su misericordia, por medio de la Iglesia, sacramento universal de salvación (cf. 1 Tim 2,4; 3,15; Lumen gentium, 48).
  3. La Iglesia está en misión en el mundo: la fe en Jesucristo nos da la dimensión justa de todas las cosas haciéndonos ver el mundo con los ojos y el corazón de Dios; la esperanza nos abre a los horizontes eternos de la vida divina de la que participamos verdaderamente; la caridad, que pregustamos en los sacramentos y en el amor fraterno, nos conduce hasta los confines de la tierra (cf. Miq 5,3; Mt 28,19; Hch 1,8; Rom 10,18). Una Iglesia en salida hasta los últimos confines exige una conversión misionera constante y permanente. Cuántos santos, cuántas mujeres y hombres de fe nos dan testimonio, nos muestran que es posible y realizable esta apertura ilimitada, esta salida misericordiosa, como impulso urgente del amor y como fruto de su intrínseca lógica de don, de sacrificio y de gratuidad (cf. 2 Cor 5,14-21). Porque ha de ser hombre de Dios quien a Dios tiene que predicar (cf. Maximum illud [n. 64]).
  4. Es un mandato que nos toca de cerca: yo soy siempre una misión; tú eres siempre una misión; todo bautizado y bautizada es una misión. Quien ama se pone en movimiento, sale de sí mismo, es atraído y atrae, se da al otro y teje relaciones que generan vida. Para el amor de Dios nadie es inútil e insignificante. Cada uno de nosotros es una misión en el mundo porque es fruto del amor de Dios. Aun cuando mi padre y mi madre hubieran traicionado el amor con la mentira, el odio y la infidelidad, Dios nunca renuncia al don de la vida, sino que destina a todos sus hijos, desde siempre, a su vida divina y eterna (cf. Ef 1,3-6).
  5. Esta vida se nos comunica en el bautismo, que nos da la fe en Jesucristo vencedor del pecado y de la muerte, nos regenera a imagen y semejanza de Dios y nos introduce en el cuerpo de Cristo que es la Iglesia. En este sentido, el bautismo es realmente necesario para la salvación porque nos garantiza que somos hijos e hijas en la casa del Padre, siempre y en todas partes, nunca huérfanos, extranjeros o esclavos. Lo que en el cristiano es realidad sacramental —cuyo cumplimiento es la eucaristía— permanece como vocación y destino para todo hombre y mujer que espera la conversión y la salvación. De hecho, el bautismo es cumplimiento de la promesa del don divino que hace al ser humano hijo en el Hijo. Somos hijos de nuestros padres naturales, pero en el bautismo se nos da la paternidad originaria y la maternidad verdadera: no puede tener a Dios como Padre quien no tiene a la Iglesia como Madre (cf. san Cipriano, La unidad de la Iglesia católica, 4).
  6. Así, nuestra misión radica en la paternidad de Dios y en la maternidad de la Iglesia, porque el envío manifestado por Jesús en el mandato pascual es inherente al bautismo: como el Padre me ha enviado así también os envío yo, llenos del Espíritu Santo para la reconciliación del mundo (cf. Jn 20,19-23; Mt 28,16-20). Este envío compete al cristiano, para que a nadie le falte el anuncio de su vocación a hijo adoptivo, la certeza de su dignidad personal y del valor intrínseco de toda vida humana desde su concepción hasta la muerte natural. El secularismo creciente, cuando se hace rechazo positivo y cultural de la activa paternidad de Dios en nuestra historia, impide toda auténtica fraternidad universal, que se expresa en el respeto recíproco de la vida de cada uno. Sin el Dios de Jesucristo, toda diferencia se reduce a una amenaza infernal, haciendo imposible cualquier acogida fraterna y la unidad fecunda del género humano.
  7. El destino universal de la salvación ofrecida por Dios en Jesucristo condujo a Benedicto XV a exigir la superación de toda clausura nacionalista y etnocéntrica, de toda mezcla del anuncio del Evangelio con las potencias coloniales, con sus intereses económicos y militares. En su carta apostólica Maximum illud, el Papa recordaba que la universalidad divina de la misión de la Iglesia exige la salida de una pertenencia exclusiva a la propia patria y a la propia etnia. La apertura de la cultura y de la comunidad a la novedad salvífica de Jesucristo requiere la superación de toda introversión étnica y eclesial impropia. También hoy la Iglesia sigue necesitando hombres y mujeres que, en virtud de su bautismo, respondan generosamente a la llamada a salir de su propia casa, su propia familia, su propia patria, su propia lengua, su propia Iglesia local. Ellos son enviados a las gentes en el mundo que aún no está transfigurado por los sacramentos de Jesucristo y de su santa Iglesia. Anunciando la Palabra de Dios, testimoniando el Evangelio y celebrando la vida del Espíritu llaman a la conversión, bautizan y ofrecen la salvación cristiana en el respeto de la libertad personal de cada uno, en diálogo con las culturas y las religiones de los pueblos donde son enviados. La missio ad gentes, siempre necesaria en la Iglesia, contribuye así de manera fundamental al proceso de conversión permanente de todos los cristianos. La fe en la Pascua de Jesús, el envío eclesial bautismal, la salida geográfica y cultural de sí y del propio hogar, la necesidad de salvación del pecado y la liberación del mal personal y social exigen que la misión llegue hasta los últimos rincones de la tierra.
  8. La coincidencia providencial con la celebración del Sínodo especial de los obispos para la región panamazónica me lleva a destacar que la misión confiada por Jesús, con el don de su Espíritu, sigue siendo actual y necesaria también para los habitantes de esas tierras. Un Pentecostés renovado abre las puertas de la Iglesia para que ninguna cultura permanezca cerrada en sí misma y ningún pueblo se quede aislado, sino que se abran a la comunión universal de la fe. Que nadie se quede encerrado en el propio yo, en la autorreferencialidad de la propia pertenencia étnica y religiosa. La Pascua de Jesús rompe los estrechos límites de mundos, religiones y culturas, llamándolos a crecer en el respeto por la dignidad del hombre y de la mujer, hacia una conversión cada vez más plena a la verdad del Señor resucitado que nos da a todos la vida verdadera.
  9. A este respecto, me vienen a la mente las palabras del papa Benedicto XVI al comienzo del encuentro de obispos latinoamericanos en Aparecida, Brasil, en el año 2007, palabras que deseo aquí recordar y hacer mías: “¿Qué ha significado la aceptación de la fe cristiana para los pueblos de América Latina y del Caribe? Para ellos ha significado conocer y acoger a Cristo, el Dios desconocido que sus antepasados, sin saberlo, buscaban en sus ricas tradiciones religiosas. Cristo era el Salvador que anhelaban silenciosamente. Ha significado también haber recibido, con las aguas del bautismo, la vida divina que los hizo hijos de Dios por adopción; haber recibido, además, el Espíritu Santo que ha venido a fecundar sus culturas, purificándolas y desarrollando los numerosos gérmenes y semillas que el Verbo encarnado había puesto en ellas, orientándolas así por los caminos del Evangelio. […] El Verbo de Dios, haciéndose carne en Jesucristo, se hizo también historia y cultura. La utopía de volver a dar vida a las religiones precolombinas, separándolas de Cristo y de la Iglesia universal, no sería un progreso, sino un retroceso. En realidad sería una involución hacia un momento histórico anclado en el pasado” (Discurso en la sesión inaugural, 13-5-2007).
  10. Confiemos a María, nuestra Madre, la misión de la Iglesia. La Virgen, unida a su Hijo desde la Encarnación, se puso en movimiento, participó totalmente en la misión de Jesús, misión que a los pies de la cruz se convirtió también en su propia misión: colaborar como Madre de la Iglesia que en el Espíritu y en la fe engendra nuevos hijos e hijas de Dios.
  11. Quisiera concluir con unas breves palabras sobre las Obras Misionales Pontificias, ya propuestas como instrumento misionero en la Maximum illud. Las OMP manifiestan su servicio a la universalidad eclesial en la forma de una red global que apoya al Papa en su compromiso misionero mediante la oración, alma de la misión, y la caridad de los cristianos dispersos por el mundo entero. Sus donativos ayudan al Papa en la evangelización de las Iglesias particulares (Obra de la Propagación de la Fe), en la formación del clero local (Obra de San Pedro Apóstol), en la educación de una conciencia misionera de los niños de todo el mundo (Obra de la Infancia Misionera) y en la formación misionera de la fe de los cristianos (Pontificia Unión Misional). Renovando mi apoyo a dichas obras, deseo que el Mes Misionero Extraordinario de Octubre 2019 contribuya a la renovación de su servicio a mi ministerio misionero.
  12. A los misioneros, a las misioneras y a todos los que en virtud del propio bautismo participan de algún modo en la misión de la Iglesia, les envío de corazón mi bendición.

Francisco
Vaticano, 9 de junio de 2019,
solemnidad de Pentecostés

15.10.19

FELICITACIÓN AL EXCMO. Y RVDMO. SR. ARZOBISPO

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La Agrupación Parroquial del Stmo. Sacramento, Ntro. Señor de los Afligidos, María Stma. de Las Maravillas y Santa María de la Cabeza, se congratula hoy por el cumpleaños de nuestro Prelado:
 
EXCMO. Y RVDMO. SR. D. JUAN JOSÉ ASENJO PELEGRINA
Arzobispo de Sevilla
 
Nos unimos a nuestro Pastor en la alegría de este día y damos gracias a Dios por su ministerio pastoral entre nosotros.
 
Que el Señor lo conserve fisica y espiritualmente muchos años.
 
El Presidente y Consejo Asesor

 
 


9.10.19

NECROLOGICA

"Siempre fuiste Maravillosa para nosotros. Ahora, descansa en Paz porque el Reino de los Cielos, te lo has ganado"
 

Roguemos a Dios en caridad por el alma de la señora
Dª JUANA MÁRQUEZ ARAGÓN
Madre de nuestro Hermano Vice-Presidente, Manuel Gil Márquez y Abuela de nuestro Hermano Prioste Ricardo Gil Lozano
 
Fué llamada a la presencia del Padre Eterno, ayer martes 8 de octubre de 2019, después de recibir los Santos Sacramentos.
 
En la Esperanza de que su alma ya descansa en la Gloria del Señor, nos unimos a las oraciones que su Familia eleva en sufragio por su eterno descanso.
 
Sus restos mortales se velan en la sala 21 del tanatorio Mémora SE30
 
El funeral se celebrará mañana, 10 de octubre a las 10:00 horas,
en la Parroquia Santa María de la Cabeza de Sevilla

Posteriormente, serán trasladados al Cementerio de San Fernando, donde recibirán santa sepultura, a las 11:40 horas
 
..."Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Todo el que cree en Mi, no morirá para siempre..."
 
R.I.P.A.